domingo, 4 de abril de 2010

Cuando duele la vida




A veces la vida duele, duele por cosas que no se pueden superar y que pasaron hace ya algunos años.

Hay heridas que ni un frasco de povidona yodada puede curarte, hay pesadillas que no puedes olvidar y médicos que te dicen lo que debes hacer para olvidarlo todo.

Hay instantes en que la vida te supera, te pasa por encima como si de un tren de mercancías, y a veces el mismo tren de la vida descarrila.

La mente intenta olvidar, y cuando se satura ya no hay nada que hacer, la vida se convierte en un cúmulo de recuerdos negativos que atormentan mis días y los de quienes me rodean.

Para curar heridas siempre quedan las tiritas del amor de aquellos que nos quieren y que nos han querido siempre.
Aunque no ser querida por más gente, duela bien adentro.

Me hago mayor, que no vieja, y por mi cabeza pasan recuerdos de una vida familiar, que aun sigue adelante, y recuerdos de una vida nueva que no sé como sacar adelante pues él me quiere pero ninguno de los dos podemos curarnos el mal que otros nos dejan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola, hola!

Mucho ánimo y tiritas de amistad desde estos lares ;)

Las tiritas del amor son, sin duda, el mejor remedio para ese dolor.

Un fuerte abrazo,

N.