En un evento hay personas que tienen que estar en todas las fiestas y ser a la vez el alma de las mismas, el director de la orquesta y que sólo se quedan en violín de segunda fila, a veces con alguna cuerda rota.
Personas que quieren ser la voz principal de un musical y sólo consiguen ser el coro del número final y se van rebotados con el público que les abuchea.
De esos hay en todas partes y luego además no se dan cuenta de que su egocentrismo y prepotencia no les lleva a ningún sitio y que a medida que se les conoce se va pasando de ellos.
Tienen salidas de tono que no vienen al caso, y provocan al más callado para que salte, a veces llegan a incomodar, sobretodo cuando se beben un par de copas y les empieza a subir la juerga por el cuerpo.
Pero en realidad ¿que sería de una fiesta sin este tipo de gente?, pues una reunión de amigos que se lo pasan bien, y que sólo se ven dos veces al año, que comparten inquietudes comunes y se rien de la vida y de ellos mismos, pero sin pasarse.
Anoche estuve de fiesta ¿se nota?, Ave y yo, conseguimos ser voces principales queriendo ser violines de segunda fila, y al que no le guste... pues que no mire.
Cada uno que entienda lo que quiera.
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